(Publicado en el periódico la República el lunes 16 de abril de 2012)
Las sociedades como todo sistema, necesitan de una oposición a las fuerzas de gobierno para mantenerse saludables. Un gobierno hegemónico por períodos de tiempo prolongados es la fórmula perfecta para una sociedad enferma. Costa Rica no escapa a esa realidad.
Existen fuerzas que tienden a la estabilidad del sistema y otras que por el contrario tienden a la desestabilización de los pueblos como sistema social. Ambas son necesarias para la permanencia de las naciones en el tiempo.
Costa Rica, al igual que todas las naciones, requiere de frenos y contra pesos, que naturalmente deben de ser ejercidos, en primera instancia, por la oposición política a las fuerzas de gobierno de turno.
En décadas pasadas, las fuerzas actuales de gobierno representaban a la oposición, condición que se mantuvo por varios años. Esta situación fue promovida por la crisis que en ese momento vivía la oposición. Sin embargo, las fuerzas opositoras lograron sobre ponerse a su crisis interna, logrando con ello, no solo superar sus propias limitaciones sino imponiendo también frenos y contra pesos a las fuerzas de gobierno.
Costa Rica está enferma, pues las fuerzas actuales de gobierno ejercen hegemónicamente y no se ve en el horizonte la aparición de las condiciones que permitan una oposición robusta, que pueda ejercer de forma eficiente los contra pesos necesarios para frenar los excesos de las fuerzas de gobierno.
Las fuerzas de gobierno, que no son solo las que formalmente ejercen el poder, sino que incluyen todas las estructuras paralelas (partidos políticos), estructuras informales etc… para que no se conviertan en una enfermedad social deben tener en frente una oposición robusta que gire en torno a una visión de país con contenido ideológico.
En Costa Rica, parece que ha sido más fácil encontrar las diferencias, que las muchas razones tanto coyunturales como ideológicas que comparten los diversos sectores fuera de gobierno.
Costa Rica está enferma y para su cura se requiere sobre ponerse a las pequeñas diferencias y reunirse en torno a los grandes temas nacionales. UNA OPOSICIÓN ROBUSTA ES UNA NACIÓN SANA.
Msc. Adrián Bonilla Juncos
Abogado
Legal Solutions Group
Freedom, Privacy, Security [+]
(Publicado en el periódico La República)
La libertad, la intimidad, como la seguridad son valores que tanto la constitución como las leyes ordinarias protegen.
Ciertamente el derecho a la intimidad y la libertad de tránsito es algo que no queremos perder, que creo no equivocarme cuando pienso que todos los ciudadanos de este país queremos preservar.
Pero creo que tampoco me equivoco cuando pienso que también queremos mantener la seguridad individual y colectiva
Los retenes como instrumento coadyuvante para la preservación de la seguridad de todas las personas que habitamos en Costa Rica, parece incuestionable. Máxime si pensamos en delincuentes portando armas, drogas y dinero ilícito en los medios de transporte sin preocupación alguna.
La Sala Constitucional, correctamente de acuerdo a mi criterio, ha señalado NO los límites que la constitución impone para la realización de los retenes, sino la forma correcta para realizarlos.
“La libertad de tránsito y el derecho a la intimidad sólo pueden limitarse o restringirse, en aquellos casos permitidos por ley y únicamente cuando sea estrictamente necesario, idóneo y proporcional para alcanzar o tutelar bienes jurídicos de trascendencia para la convivencia social”
Construyamos en lugar de destruir, aprovechemos la oportunidad.
Si la Sala Constitucional nos indica, que de conformidad con nuestra constitución, los límites o restricciones a la libertad de tránsito y el derecho a la intimidad, solo pueden ser dispuestos por la ley, pues entonces nos está dando la solución.
El Congreso de la República tiene una muy bonita oportunidad para trabajar de forma armónica con el Poder Ejecutivo y el Judicial en beneficio de todos los ciudadanos de este hermoso país.
Msc. Adrián Bonilla Juncos
Abogado
Legal Solutions Group
